En un giro significativo hacia la mejora del entorno educativo, varias escuelas en Escocia han implementado políticas que prohíben el uso de teléfonos móviles durante el horario escolar. Esta iniciativa busca fomentar la concentración, mejorar el bienestar estudiantil y fortalecer las interacciones cara a cara entre los alumnos.
Uno de los ejemplos más destacados es el de la escuela Gordonstoun en Moray, que desde 2017 ha restringido el uso de móviles en sus aulas. Según el director Simon Cane-Hardy, esta medida ha transformado la vida escolar, promoviendo conversaciones más significativas entre los estudiantes y mejorando su enfoque académico. Los alumnos han reportado sentirse más felices y menos ansiosos, atribuyendo estos cambios a la reducción de distracciones digitales .  

En Edimburgo, las escuelas Portobello High School y Queensferry High School han adoptado una estrategia innovadora utilizando fundas magnéticas de la empresa estadounidense Yondr para almacenar los teléfonos durante el día escolar. Esta medida ha sido bien recibida por padres y educadores, quienes han observado una mejora en la atención y el bienestar de los estudiantes . 
Aunque la implementación de estas políticas ha generado debates, especialmente entre los estudiantes, los resultados preliminares sugieren beneficios significativos en la dinámica escolar. La experiencia de estas escuelas podría servir como modelo para otras instituciones que buscan equilibrar el uso de la tecnología con un ambiente de aprendizaje más enfocado y saludable.