DE MIAMI A SITGES: UN AMOR QUE SOBREVIVE AL TIEMPO Y LA DISTIMIA

Carlos Anaya ha sabido conjugar la discreción con la presencia, la espiritualidad con el periodismo, y ahora, el amor con el renacimiento. El escritor, presentador y creador de la plataforma Cafecito Espiritual, nos abre las puertas de su intimidad en un momento clave: la antesala del lanzamiento de su primer libro, “Lo que callan los hombres.”

Desde la serenidad del Mediterráneo, entre las callejuelas doradas de Sitges, Carlos cierra un capítulo vital:

“Fueron años de distimia, esa tristeza que no grita, pero pesa. Perdí alegría, cuerpo y reflejo… pero también gané conciencia.”

Con ese tono profundo que lo caracteriza, el autor reflexiona sobre las pérdidas silenciosas y las segundas oportunidades. Y en ese proceso de retorno a sí mismo, emerge también una historia de amor que ha atravesado fronteras, miedos y tiempos.

AMOR ENTRE CONTINENTES
Conoció a su pareja, el maestro espiritual José Ibáñez, en uno de esos encuentros que parecen pactados por el destino. Él, nacido en Colombia y criado en Estados Unidos. José, argentino, sanador y yogui. Sus caminos se cruzaron en tierras lejanas, pero su hogar espiritual se encontró en Coconut Grove, Miami.

“Cuando estás con un hombre que no necesita nada de ti… no te exige, te elige. No te mide por lo que das, sino por lo que eres cuando estás en paz.”

Durante más de una década, han sido pareja, colegas y cómplices de vida. Pero el amor —como el arte— también atraviesa pausas, crisis y renacimientos.

Carlos ha sido siempre abierto, pero nunca exhibicionista. “Love is love” —dice con convicción— “y también es respeto, silencio y trabajo emocional.”

LO QUE CALLAN LOS HOMBRES… Y LO QUE REVELAN

El lanzamiento de su primer libro no es solo una apuesta editorial. Es un acto de liberación masculina.
Lo que callan los hombres combina narrativa íntima, rituales de sanación y un mapa astrológico del alma masculina. El texto, escrito entre vuelos, meditaciones y lágrimas, no es una confesión, sino una alquimia.

Y no es casual que haya sido Europa, y en particular Sitges, el lugar elegido para cerrar su duelo y abrir un nuevo portal.

“Aquí entendí que el amor no siempre viene a llenar vacíos, sino a compartir plenitud. Y que hay vínculos que no mueren, solo se transforman.”

CAFECITO CON ALMA
Desde Peacock Park en Miami hasta las terrazas bohemias de Sitges, la marca de Carlos Anaya ha ido expandiéndose sin perder su esencia: ser una plataforma donde lo espiritual es tangible, donde el lujo es la conexión humana, y donde el éxito no se mide en números, sino en propósito.

Cafecito Espiritual ha sido su legado de amor y conciencia. Ahora, con su libro a punto de publicarse y su alma más liviana, Carlos nos recuerda que a veces…
los mejores capítulos comienzan cuando aprendemos a soltar los anteriores.

Desde Miami con luz. Desde Europa con alma. Y siempre, con café en mano.

Fotografías exclusivas de Cafecito Espiritual

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